ESCUELA DE MUJERES 

La escuela de las mujeres  es una comedia de Molière en 5 actos y en verso, estrenada en el teatro de Palais-Royal, el 26 de diciembre de 1662.

Los personajes

Arnolphe(M. de La Souche): Molière

Agnes (muchacha inocente criada por Arnolphe): Mlle de Brie

Horacio (amante de Agnes): La Grange

Alain (campesino, sirviente de Arnolphe): Brécourt

Georgette (campesina, sirvienta de Arnolphe): Madeleine Béjart

Chrysalde (amigo de Arnolphe)

Enrique (cuñado de Chrysalde)

Orontes (padre de Horacio y gran amigo de Arnolphe)

Un notario

Primer acto: 

Notamos ya una imagen peculiar, la de su protagonista: Arnolphe, quien tiene un concepto bastante machista sobre las mujeres, pues desde un principio trata de formar a una bella e ingenua joven a su idea de perfección, su verdadero concepto sobre los comportamientos de toda dama. Sin embargo las cosas no salen como quiere pues un muchacho apuesto aparece en escena para arrebatarle aquella joven. Con la complicidad de sus sirvientes Alain y Georgette, Arnolphe trata de desviar la atención de los jóvenes amantes.

Segundo acto: 

Arnolphe busca soluciones para poder obtener las gracias de Agnés, la joven a quien pretende, y busca estas soluciones con su gran amigo Chrysalde quien en forma satírica se burla de todas sus ideas sobre la mujer perfecta y le insinúa que tarde o temprano él terminará tan cornudo como aquellos hombres de los cuales suele burlarse; así pues se traza un plan para hacer que Horace, el joven amante de Agnés, la olvide para siempre y así Arnolphe podrá tener el camino libre para casarse con ella.

Tercer Acto: 

Aquí vemos que la venganza del viejo burgués se ve “satisfecha”, lo que no se espera es que la “ingenua” Agnés muestra su intelecto y empieza a determinar que su corazón definitivamente no es para él. Cegado por la ira y los celos sigue planeando un medio para acabar por fin con su molestia con el joven hermoso que ha cambiado su mujer perfecta.

Cuarto Acto: 

Los planes para preservar la ingenuidad de Agnés se vienen abajo, aquella muchacha ingenua que preguntaba si los niños se concebían por la oreja quedó atrás, ahora ante tal gesto de “despertar intelectual” él reacciona con el objetivo de acabar con la felicidad de los amantes. Horace desconoce por completo los planes que le tiene preparado. Arnolphe, el causante de sus penas, decide confiarle la custodia de la joven mujer, propiciando así una fuga. Horace se encuentra ahora comprometido y ante tal decisión tomada por su padre Oronte decide tomar a Agnés y despedirse de los caprichos impuestos.

Quinto Acto: 

Finalmente Horace se da cuenta de todas las tretas tendidas por Arnolphe, y ante la advertencia de tomar venganza se encuentra con la joven Agnés quien al ser reconocida por su padre Enrique (en ese momento acompaña a Oronte a encontrarse con Horace en la casa de Arnolphe) deciden llevarla no sin antes contar la historia, así pues Moliére nos dice en unas simples y sencillas palabras que el dinero no lo puede comprar todo y entre este todo está la felicidad y el amor.

Moliére recalca aquí el comportamiento de las mujeres. Su capacidad para ser inteligentes se opaca por dos sombras: la vanidad y la hipocresía; llama la atención porque el ingenio que sus personajes femeninos tienen es de una connotación sexual y manipuladora ya que envuelven al hombre hasta obtener sus gracias y favores. Así pues, la genialidad de Moliére ha dejado una reflexión abierta hacia las mujeres, hacia su comportamiento y forma de vida, y aunque muchas pasaron a ser discretas como manipuladoras y vanidosas no hay que olvidar que su inteligencia las llevó a derrochar la ingenuidad de un burgués ilusorio, solitario y manipulado… las excepciones por estratos sociales simplemente no existen.

Además del tema del engaño y la corrupción que ejerce Arnolphe, su personaje nos deja una reflexión acerca de cuál puede ser el resultado del afán por saciar nuestros caprichos. Arnolphe, como cualquier hombre, solo quería amar y ser amado, pero por su orgullo y también su ignorancia perdió toda oportunidad. Al final solo le queda la soledad entre lujos que probablemente no compartirá con nadie, algo que termina por volverle un sujeto burlesco.